20 diciembre 2006

El desprecio en el lenguaje público

Palabras como “traidor”, “insolencia”, o “basura” forman parte de una determinada forma de hacer y entender la política. Como si la altisonancia fuese sinónimo automático de integridad. Repetidos los embustes crean sensación, como los insultos. Y votamos muchas veces por un poso de sensaciones

No sé si abunda, pero desde luego tampoco escasea, una ideología reacia a la igualdad de oportunidades e incómoda con el mestizaje; proclive al uso de la fuerza, con un acusado clasismo e indiferencia social; prefiere segregar a integrar, y tiene apego a la mano dura, al desprecio duro o a las bombas duras, según se precise o sea el contexto. Un catálogo pretendidamente elitista y sobradamente populista que se maneja bien en el insulto sostenido como herramienta persuasiva. Escucha poco y atiende menos, pero eleva la barbilla y desprecia. El insulto como reafirmante. Un manual de estilo que reivindica para sí la determinación. Como si no hubiera principios en el terreno del respeto.
Ojalá esté equivocado, pero tengo la impresión de que este ideario que trasciende generaciones es de todo menos marginal, y se asoma nítido, rotundo y sin ni siquiera matices en no pocos cenáculos y reuniones.

14 diciembre 2006

Cómo maquillar o exaltar a un dictador

Ha muerto Pinochet, y el cardenal de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, le ha definido como “un oficial que entregó toda su existencia por servir a la patria". Con Franco hubo palabras muy similares
“Sabemos que mientras más alta es la autoridad, más brillan sus cualidades y también sus errores”, dijo Errázuriz. Podía haber hablado de crímenes y dictadura, pero la serenidad obliga a utilizar otras palabras. Lean en la propia web de la Conferencia Episcopal Chilena su destacado del responso y pásmense con el lenguaje empleado, muy de un cierto estilo, absolutamente clientelar, que destila amparo o disculpa del pinochetismo.

(La dirección es http://www.iglesia.cl/ hay que buscar la sección de noticias, la fecha del 11 de diciembre y encontrar la del título “Cardenal Errázuriz: llamado a la serenidad”). 

Hace 31 años, cuando murió Franco el cardenal primado de España, Marcelo González Martín, se expresó así:

"Es una hora triste para la patria española porque desaparece el que con tanta abnegación, llevada hasta el heroísmo de una manera casi permanente se ha sacrificado por ella durante toda su vida (...) Nadie arrebatará jamás al Jefe de Estado que acaba de morir el honor de ocupar una de las páginas más gloriosas en los anales de la historia de la patria. La que él ha escrito con su vida y con su muerte es tan excelsa que podrá seguir iluminando a todos los españoles con tal de que exista una sola actitud: buena voluntad".
Otro cardenal, Vicente Enrique y Tarancón, en la misa de corpore insepulto, dijo que "todos somos responsables de que España viva en paz, de que todos los españoles gocen de la libertad y los medios suficientes para desarrollar su propia personalidad (...), y habló de respeto, diálogo y aceptación de las diferencias "lícitas" y de convivencia fraterna, pero también afirmó:

"Nos sentimos, sobre todo, doloridos ante la muerte de alguien a quien sinceramente queríamos y admirábamos"(...)
"Y este amor de Francisco Franco es el que sí puedo elogiar yo en esta hora. Cada hombre tiene distintas maneras de amar. La del gobernante en la entrega total, incansable, llena a veces de errores inevitables, incomprendida casi siempre, al servicio de la comunidad nacional"(...)
"Creo que nadie dudará en reconocer aquí conmigo la absoluta entrega, la obsesión diría incluso, con la que Francisco Franco se entregó a trabajar por España (...) con olvido incluso de su propia vida.
Este servicio a la Patria -lo he dicho ya en otra ocasión- es también una virtud religiosa. No hay incompatibilidad entre el auténtico amor a la patria y la fe cristiana".

Tarancón había emitido un mensaje, nada más conocerse la noticia de la muerte de Franco, dirigido "a los fieles de la Diócesis de Madrid y a todos los españoles de buena voluntad, en el que entre pedía entre otras cosas:

"oración por quién (SIC) durante tantos años, ha regido los destinos de nuestro país y, ha llegado hoy, a las dulces manos de Dios. Que el Señor premie su total entrega al servicio de la Patria y a nosotros nos conceda, luz para reconocer, mejorar y hacer fecundo cuanto de positivo se ha logrado durante estos años en nuestra querida España".

En Pamplona, como en otras ciudades, se celebró un funeral por Franco, donde también se habló de su "figura al servicio siempre de la Patria"

La famosa y estupenda foto superior a Pinochet es del fotógrafo holandés Chas Gerretsen, de la agencia Gamma.

Saber más:
Conferencia de prensa de Pinochet el 11 de septiembre de 1973 (fte.youtube)
Saber aún más:
  • El 1 de septiembre de 1973 la revista española Fuerza Nueva publicó: "Salvar a Chile es salvar a Hispanoamérica".
    El 22 de septiembre esta publicación se hizo eco del golpe de estado (alzamiento le llamaron) en Chile: "Chile se salvó" , publicaron.
  • En vida de Franco también se evocó su presunto sacrificio y abnegación, como en un editorial de Arriba (25-9-71):
"Una lucecita permanente en El Pardo ha vigilado con abnegada tutela, la paz de España".
"Cuando todo temblaba, cuando todo parecía desmoronarse a nuestro alrededor, mirábamos hacia Franco y dormíamos en paz porque una lucecita perenne no se apagaba en El Pardo".

Idea que reutilizó años más tarde Arias Navarro, que llegó a decir que Franco no tenía "misericordia para consigo mismo firme al pie del timón".

"En el fondo era un gran sacrificado" dijo de él el escritor y periodista Emilio Romero en el libro 100 españoles y Franco, de José María Gironella y Rafael Borràs (1979), tesis coincidente con la del exministro franquista José Utrera Molina. Romero también afirmó que Franco "mataba a quien mataba". En este mismo libro Blas Piñar y Manuel Fraga coinciden en calificarle de "gran español". Más de un cuarto de siglo después, en 2005, Fraga lo definió como "un pacificador" en el Corriere della Sera. Y en el libro "Franco visto por sus ministros", editado por Planeta en 1981, Fermín Sanz-Orrio y Sanz negaba la condición de dictador de Franco y le adjudicaba en cambio la de "Jefe natural". "Mandaba porque no tenía más remedio", casi a pesar suyo", aseguró.

19 noviembre 2006

Lenguaje belicista: cuando las armas traen la paz

Banalización y marketing de la destrucción

Avanzada la Guerra Fría, una conocida revista internacional publicó un reportaje titulado "Trident, arma decisiva para la paz". Baste un párrafo:

"Es un sistema de armamentos tan destructivo en potencia que podría asegurar finalmente la concordia entre las naciones".

Esta misma revista publicó en enero de 1983 el artículo "Peligrosos mitos sobre las bombas nucleares". El autor afirmaba: "No es para tanto", si explotasen 5.000 "ingenios nucleares" todos de 20 megatoneladas de potencia se destruiría el 40% de la capa de ozono". "Nuestra supervivencia podría considerarse segura", concluía.

Tiempo más tarde, una revista juvenil española de inspiración católica publicó una fotografía con este texto:

"¿Será el rayo de la muerte?
Este extraño aparato de la foto es un gigantesco láser químico, que se quiere incluir en el programa llamado "guerra de las Galaxias". Es una especie de cañón, que en vez de balas dispara rayos láser, contra cualquier objetivo, fijo o móvil, con una eficacia casi infalible. (...) En cuanto un objeto agresor intente acercarse...¡zas!, el rayo de este láser lo localiza y lo pulveriza tan limpiamente. ¡Como para acercarse sin avisar!"


Saber más: Cómo se vendía una mina

Un prospecto de unas minas de fabricación pakistaní presentaba de esta manera el género:

"La mina POM.MK2 ha sido concebida para lesionar a la persona. Las investigaciones tácticas han demostrado que es más beneficioso causar heridas al enemigo que provocarle la muerte. Un herido requiere asistencia médica, transporte, y su evacuación hacia la retaguardia (…) Además, una persona herida tiene un impacto deprimente en sus compañeros de combate".

La mina costaba 6,75 dólares. Fuente: Manos Unidas hace ya algunos años.

18 noviembre 2006

Franco: pocos nostálgicos, pero muchas justificaciones

Cuando lo propagado en el pasado aún influye en el presente

"Todos los españoles tenemos el deber de imitar a Franco". Extracto de la narración del primer NODO, enero 1943

"No es español quien vacile siquiera en la adhesión incondicional a ese hombre y su magna tarea de Reconquista". ABC Sevilla, 11-5-37

"Si queremos ser dignos de esa redención y honrar a quien nos ha redimido, todos los españoles debemos hacer estas tres cosas: pensar como Franco, sentir como Franco y hablar como Franco, que, hablando, naturalmente, en el idioma nacional, ha impuesto la victoria". Luis de Galisonga, La Vanguardia Española 9-6-39



Estudié en la universidad la "época" franquista y aprendí cosas como que Franco había sido un "estadista instintivo", constituyendo "un régimen autoritario personal", donde las "apariencias totalitarias" las "permitió" temporalmente en parte "como estrategia de imagen", o que la represión tras el final de la guerra "obedecía a la necesidad" de los militares sublevados para "encontrar a los responsables de la tragedia".
El franquismo ha dejado más huella que lo que se cree, y para mucha gente resuena aún a razonable. Piénsenlo un momento. Casi seguro que conocen a alguna persona molesta porque la dictadura deje de ser un monumento, o que defienden el franquismo por necesario o grato, o tiene más presente los pantanos que a los fusilados. Tanta y tan persistente legitimación para un tipo que dijo que la democracia “dividía a los españoles”, constata a mi juicio tres realidades:
1. Que algo ha fallado o ha quedado incompleto en la construcción democrática.
2. Que la "generación de la democracia" ha sido educada en buena parte por una generación educada en el culto a la personalidad de Franco.
3. Que el nacionalcatolicismo del régimen influye todavía hoy en el juicio amable de muchos católicos y patriotas.

Saber más:




16 noviembre 2006

Quien inmigra ha emigrado

Hubo una España altiva ante personas del campo que probaron suerte en la ciudad. Hay una España azuzante y prepotente que renueva desdén hacia los nuevos llegados

En España, hay gente que califica a los inmigrantes de “invasores", que vienen “a vivir del cuento “, “de puta madre sin dar un palo”, que “saquean nuestra seguridad social”, y “son perezosos”. Gente que cree que la inmigración “es el problema más grande con el que se ha enfrentado nunca España”, o que considera que a los inmigrantes se les trata "demasiado bien" y "sólo falta que protestaran".
Desmemoria, xenofobia y desfachatez a partes iguales expresada en internet.
Según el último barómetro del CIS, del mes de octubre: la inmigración es hoy el principal problema para los españoles, en concreto para el 25,5% de los encuestados; el paro obtiene el 17,9 % de las menciones y la vivienda el 11,9%. Sin embargo, cuando lo que se pregunta es "cuál es el problema que a Ud., personalmente, le afecta más?" la vivienda obtiene el 13,9% de las respuestas, el paro el 12,2% y los problemas de índole económica el 11,46%. La inmigración se queda con el 7% de los votos. Diferencia importante, y no es la primera vez que ocurre.
Fueron tres millones de españoles, nada más y nada menos, los que carcomidos por la situación económica, política y social del franquismo, emigraron hace décadas a Europa bajo el instinto de la supervivencia. En mayo de 1980 la revista semanal Triunfo, referencia política de primer orden en los setenta, publicó un reportaje sobre la vida de emigrantes que aún permanecían fuera de nuestras fronteras. Uno de los entrevistados, de nombre Emilio Estévez, se desahogó con un relato tan crudo como trágicamente contemporáneo:

"Cuando salimos de España hubo mucha gente que se montó en el tren sin maleta, sin ropa de ninguna clase. Y llegamos a Bélgica, al Consulado, y allí en lugar de acogernos, nos daban una carta, que teníamos que renovar cada tres meses. Por esa carta nos cobraban 35 francos, cuando en 1962 ganábamos 24. Mientras había belgas que nos daban sábanas y mantas para que nos pudiéramos arropar, en el Consulado...(...)"
No es lo mismo marcharse que tener que marcharse. El impulso del ser humano por superarse, vencer las penalidades, sobrevivir y proteger a los suyos es irrefenable. A nadie le debería extrañar que en un mundo que se vende globalizado, pero que no ha llegado ni a cotas de buena vecindad, con unas cuotas de bienestar históricas pero parceladas, las personas con juventud, iniciativa y capacidad de superación, dejen atrás entornos que lejos de asegurarles el futuro, les condenan a la falta de bienestar.

La emigración y por ende la inmigración son una consecuencia lógica de un mundo rotundamente dual. El fenómeno migratorio se ha convertido en un instrumento reparador de desigualdades, gracias a las remesas que envían a sus países de origen los inmigrantes. También, en un elemento dinamizador de la situación financiera de los países receptores, casi siempre afectados por una población envejecida.

Más información:
  • "Se ha vinculado el desarrollo de los sesenta a la imagen del Seiscientos, mientras que los dos millones de emigrantes a la búsqueda de un trabajo en el extranjero es un hecho que ha quedado desvinculado de la política económica que se hizo entonces, como si esto no tuviese nada que ver con la dictadura y su forma de administrar la economía".