14 mayo 2014

Herrero de Miñón: "Catalunya es una nación"

Entrevistado en Deia (11-5-14), fragmento de sus declaraciones


"Una nación es cuando un pueblo se considera a sí mismo una nación y eso no puede inventarse, viene dado por una serie de factores objetivos: cuando se tiene una lengua propia, una cultura propia, unas instituciones jurídicas propias, una tradición de muchos siglos de afirmación del propio ser singular. Eso es una nación, y Catalunya lo es. Lo cual no excluye que Catalunya sea parte muy importante de una España plurinacional. No es el único caso en el mundo, y se puede articular, ya que una nación puede convivir con otras naciones en un mismo Estado".
 
"Creo que la (reforma constitucional) complicaría más (la cuestión catalana). La cuestión catalana es difícil de resolver, pero todo se complica si además se inserta en una reforma general de la Constitución para establecer un Estado federal, determinar qué es el federalismo, si es simétrico o asimétrico... Es mucho mejor resolver la singularidad catalana a través de la propuesta que públicamente he realizado, esto es, por la vía de la adicional de la primera. Y sobre esa adicional pactar una serie de competencias que supongan un reconocimiento expreso de la identidad catalana como una política cultural, una política educativa, un convenio económico financiero. Eso no requiere reformar la Constitución, sino una negociación política".

"De la misma manera que se reformó la Constitución para poner el límite al déficit en el artículo 164 de la Carta Magna, podría negociarse entre todos los grupos parlamentarios una adicional segunda o primera bis para Catalunya, sin afectar al resto de la Constitución".

"La primera gran mutación que se hizo de la Constitución fueron los pactos autonómicos de 1981 (el llamdo Café para todos) que generalizaron el sistema que la Constitución no había definido".

06 mayo 2014

Quesitos

Artículo en Diario de Noticias (5-5-2014)
Paradojas de la vida. La conocida teoría de los quesitos de Sanz puede haber dado los últimos coletazos con Barcina. Esta estrategia divisoria y esencialista es la que ha desterrado lo vasco-navarro del relato oficial, la que parte nuestra tierra en zonas lingüísticas y la que subordina el desarrollo del euskera al reparto de los dichosos quesitos.

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