El 1-O cualitativamente no hubo un mandato de independencia, pero cualitativa y cuantitativamente hubo un mandato de negociación como una catedral. En lugar de eso, el Estado, después de su intento (fracasado o no tanto) de represión policial, se lanzó a la persecución judicial.
El 155 no terminó con las elecciones del 21-D, porque el independentismo venció en las elecciones. Un año más tarde, ya con Sánchez, pareció que llegaba un cambio en la rendija de la llamada vía de diálogo que fracasó a las primeras de cambio.
Después año electoral y la nueva grieta tras la sentencia del Supremo, 2020 se presenta de nuevo electoral en Catalunya, y por cierto, también en Euskadi. Año clave a la vez para demostrar un rumbo negociador real.
1 comentario:
No se puede negociar lo innegociable.
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