07 mayo 2010

Sobre el relato de la Transición



El lenguaje en la Transición y sobre la Transición merece más análisis

  • "Contra fascismo amnistía" portada de Berriak (revista política), 2-2-76
  • "Gora Euzkadi askatuta" Felipe González, febrero de 1976
  • "ETA formará partido" "Pero se mantendrá aparte su organización armada" Punto y Hora de Euskal Herria, 1/15-10-76
  • "¡España no se vende" grito coreado en la madrileña Plaza de Oriente en el primer aniversario de la muerte de Franco.
  • "Amnistía incluso para quienes han cometido el delito de retrasarla" Martínmorales en viñeta humorística en Por Favor (1977)
  • "Amnistía traición consumada" portada de Fuerza Nueva 15/10/77

  • "Estábamos de acuerdo en pasar página cuanto antes" Gregorio Peces-Barba, ponente socialista de la Constitución en especial 30 años de El País
  • "ESPAÑA, lo único importante". Eslogan de Alianza Popular, 1977
Hasta ahora, había prevalecido un relato de la Transición con tintes idealizadores, elitistas y salvíficos, que prefería no profundizar en los ventajismos (*) y oportunismos de buena parte de la clase dirigente, y dejaba de lado su falta de autocrítica. Un proceso de supuesto borrón y cuenta nueva con mucho miedo condicionador, aunque desde el poder se habló de "cambio sin riesgo" y no de cambio sin amenazas, que tiene otro matiz. Y seguramente cristalizó una idea de amnistía más cercana a la magnanimidad con los presos que a la impunidad para con el régimen.
La Transición constituye una época propicia para el agigantamiento y la mitificación salvífica. La realidad fue bastante más pedrestre, cercana al principio de supervivencia.

(*) En 1976 Juan de Borbón en una conversación publicada en El País con Camilo José Cela afirmó:
"Pensé que no podía hurtarme a la tragedia de mi país y pedí mi incorporación a las filas nacionales, en el Ejército de Tierra".
Diez años antes, en 1966, Juan de Borbón había mandado a Franco un telegrama laudatorio. En 1964 le había mandado este otro telegrama con motivo de los "veinticinco años de paz", y en 1961 (25 años desde 1936) otro.

No hay que olvidar la correlación de fuerzas existentes tras 40 años de dictadura, pero tampoco la realidad de plena Guerra Fría en aquella época y el carácter poco o nada democrático de ciertas ideologías o individuos anti franquistas, como pone de manifesto Francesc-Marc Álvaro en el libro "Els assassins de Franco" (La esfera de los libros 2005). La amnesia en la Transición contrastaba con el recuerdo monocorde durante el franquismo de su victorioso alzamiento. Así se expresaba, por ejemplo, un documental del NODO de 1964 dirigido por Rafael G.Garzón:


"Tocó a unos luchar por salvar a España, que se perdía, dejando lo mejor de su ser en conseguirlo. Corresponde hoy conservar lo logrado y trabajar por cuanto falta con el no menos heroico esfuerzo de la callada labor de cada día para que aquel sacrificio generoso fructifique siempre en una era de paz para nuestra patria". (**)
Son muy significativas las palabras escritas doce años después por el director del Diario de Navarra en un artículo en este periódico (28-3-76), ya durante la Transición, con Arias Navarro todavía de presidente. El mito de la paz franquista esgrimido de otra forma, con una tremenda dosis de paternalismo:
"Yo creo que las cosas van despacio, pero van. La gente no se para a pensar, a pensar lo que supone dar el "volquetazo" a casi 40 años de paz beneficiosa y callada, de aceptación, de dictadura más o menos paternal. No podemos dar fuego a la barraca -que es lo que pretenden algunos- sino transformarla, adecentarla, hacerla más cómoda y ancha, abriendo ventanas y cambiando muebles, como hace un ama de casa, destruyendo lo menos posible".
El 4 de enero de 1976 había escrito:

"Yo pienso, y conmigo muchos, que hay que saber esperar, que tampoco tenemos demasiada prisa, que en menos de dos meses no podemos trastocar -y sería malo- cuatrenta años de régimen. Querámoslo o no, han sido en paz".

En otro artículo (28-4-76), en cambio, se refiere a la "dictadura más o menos paternalista". En cualquier caso, aboga por una democracia que "resulte tolerable".
Cuando Franco murió, había muchos franquistas y muchísimos medio franquistas, convencidos del patriotismo del general, tal vez algo anticuado y pasado de vueltas, pero a su modo de ver, patriotismo al fin y al cabo. Sociológicamente eso sigue influyendo muchos años después. Hace unos días en un programa grabado en La 2 un promotor musical se refierió a Franco como "delincuente". Muchos españoles calificarían aun hoy ese apelativo de exceso, a pesar de su régimen golpista y violento. Cuando "un auténtico patriota" (***) goza de tantos apoyos de otros tantos patriotas, su denostación parece extenderse a quienes simpatizaron con el dictador y al patriotismo en general. Deberíamos aprender a distinguir patriotismo autoritario y democrático.

(**) Esta cita se recoge de forma más completa en el libro "NO-DO el tiempo y la memoria" editado por Cátedra y la Filmoteca Española en el año 2000. En él Vicente Sánchez-Biosca califica de "sorprendente" que los filólogos "no haya emprendido con rigor y seriedad el estudio de los usos lingüísticos del franquismo cuando precisamente éste dio tanto valor a la lengua, como depositaria de una identidad o de un espejismo histórico".
(***) de un "apunte de urgencia" en la portada de ABC (20-11-75), firmado por José Luis Cebrián.

Saber más:
  • Si como un periodista viene a afirmar que, la monarquía no tiene sentido en el siglo XXI pero permite que los españoles no nos matemos los unos a los otros, ¿en qué tipo de estado vivimos? ¿Dónde está exactamente el éxito de la Transición en materia de convivencia? ¿Seguimos necesitando de modelos paternales o paternalistas? ¿Cuándo termina esta tutoría? ¿No era transitoria? Si el rey, con sus "desvelos" hizo posible la democracia... ¿durante cuántos siglos habrá que agradecerlo? ¿Qué parte de protagonismo le queda a la habitualmente ensalzada madurez del pueblo español? ¿Habría sido mucho tiempo rey sin democracia?
  • "Creo que el miedo es uno de los factores clave de la transición" afirmó Iñaki Gabilondo en "La transición política española. Los años Pujol" (Àngel Font, PC Editorial 2003)". "Toda la sociedad se movía a impulsos de un anhelo de libertad, de una búsqueda de encuentros, pero también se procedía así porque se tenía miedo a lo que podía ocurrir si no se produjese el consenso". Según él, el miedo sacó lo mejor de los políticos, y se pudo extraer de él, "algo positivo, como es la prudencia, que se puede utilizar para dar pasos adelante".
Más crítico es el pensamiento de Francesc Marc Álvaro, que en su libro "Els assasins de franco" (L´esfera dels llibres 2005) constata sobre el miedo: "la generación de la guerra siempre lo tendrá".


  • La exposición “En Transicion” se expuso en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2007. Se trataba de un relato de la transición a la democracia menos idealizado, y de una cronología más amplia, que enfocaba el papel clave de mucha gente de la calle. Recogía fichas policiales de detenidos por acusaciones como “amancebamiento”, “actos homosexuales” o “posesión de propaganda subversiva”. También proponía una mirada a las torturas realizadas entonces en las comisarías (la denuncia de las presentes queda para Amnistía Internacional).
    Entre 1963 y 1977, se contaba, pasaron por el Tribunal del Orden Público 53.000 personas.

No hay comentarios: