22 marzo 2012

Cuando algo es evitable y no se evita

"La pobreza del mundo no es inevitable. la muerte de nueve millones de personas al año debido a la falta de alimentos no es una fatalidad a la que debamos acostumbrarnos".

Manifiesto del Partido Popular ante el inicio de la Cumbre de la ONU de Seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2005).



En cambio hoy se puede decir que la previsión del analista Carlos Taibo se ha cumplido: "Otro mundo, peor, es probable, un artículo escrito en septiembre de 2007. Desde entonces cuántas cosas han cambiado.
Otro mundo, peor, es ya el presente. Y empeora paradójicamente con medidas tomadas para que no empeore más. El miedo es lo que hace. El paradigma de la austeridad venga o no a cuento, sea o no real, envuelve todo. De justicia hablaba hace unos días Rajoy, al expresarse sobre su reforma laboral. En Navarra su presidenta del Gobierno contraponía esta reforma a no hacer nada, a quedarse de brazos cruzados. Lo mismo que cuando se habla de modernizar, convertir las regresiones gracias al miedo, a la propaganda, a la propia situación, en una curiosa forma de ir adelante, de evolucionar. Pero todo hay que recordarlo, con un aval de una mayoría absoluta en España.


Qué está en juego en esta crisis, desde el punto de vista del conocimiento
Para conocer las causas y consecuencias de esta crisis, no solo deberíamos ampliar nuestros conocimientos económicos. Supone de paso estar más atentos a los mecanismos del poder y sus estrategias de influencia en las ideas sociales y en la percepción del valor de los derechos. Para analizar la crisis, hay que saber de economía, pero también de historia, relaciones internacionales, derecho, política, sociología, ética y hasta lingüística. Y constar la pérdida de poder de los estados en favor de eso que se llaman los mercados.
Por cierto: ¿Cuándo se acabe la crisis se habrá acabado también la crisis estructural alimentaria? Otra idea de la crisis, de una entrevista en 2008.

Hemos pasado de un ideal (otro mundo es posible) a una frustración. Retroceso social al que encima se le pretende encuadrar en un marco de modernidad. Al inicio de la crisis, recibimos ese anuncio cínico de que se iba a refundar el capitalismo. Más tarde se nos igualó a todos/as por haber vivido "por encima de nuestras posibilidades", preludio justificativo de lo que ha venido después.


Saber más:

- En un marco de ayuda como el que se sigue moviendo la cooperación, el dinero se ve como regalo filantrópico más que como fondo redistributivo. La cooperación es el gasto social internacional (Pablo Martínez Osés, experto en cooperación), que también recuerda que en teoría las ONGD están para cambiar el mundo. En un entorno ideológico tan liberal como el de hoy día hay que recordar que los derechos humanos están para cumplirlos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho a la vida y a la seguridad de las personas (artículo 3º) y el derecho a un nivel de vida adecuado que les asegure la salud y el bienestar (artículo 25).

Sin oportunidades equitativas no hay justa ni libre competencia. Sin salud no hay crecimiento económico, ni libertad ni seguridad. Como ha afirmado Philippe Douste-Blazy, consejero de la ONU (El País, 19-3-12): "Nosotros pagamos la crisis en número de parados y los países pobres, en número de muertos".

Saber aún más: Ideas de una conferencia de Pablo Martínez Osés. Reseñada en el blog de medicusmundi Madrid
  • La cooperación al desarrollo no se puede ver como una acción de caridad, y por lo tanto algo graciable, sino que es el Gasto Social Internacional. En ese sentido la reducción drástica de los fondos destinados a cooperación se inscribe dentro de la tendencia política dominante a reducir los gastos y prestaciones sociales. Es un campo más donde se imponen las políticas liberales al uso; pero a diferencia de las reducciones en otras partidas del gasto social, como las destinadas a sanidad y educación, cuya reducción provoca fuerte rechazo social, la reducción del dinero destinado a cooperación apenas suscita reacción, y a las autoridades les resulta gratis hacerlo. Afirmó que nunca en la historia de la Humanidad ha habido tanta desigualdad económica como ahora, y la crisis es una excusa para reducir aún más el efecto redistribuidor del gasto social.
  • Una crítica a las ONG: para este experto las ONG de cooperación al desarrollo se han convertido en oficinas elaboradoras y gestoras de proyectos, con una desaparición casi completa de nuestro papel como organizaciones de participación social, con un lenguaje técnico, incomprensible para los que nos estén en este mundillo. Una profesionalización hasta tal punto de olvidar que lo que se quería era cambiar el mundo. Por eso la eliminación de los fondos destinados a cooperación no genera ninguna respuesta social.

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