18 junio 2019

Sanchismo a plazos

Mi análisis en Diario de Noticias (17-6-19)


El final del juicio al Procés y las conversaciones para la investidura de Sánchez marcan los prolegómenos del delicado otoño que se avecina. Abordar desde un diálogo fructífero el conflicto territorial requiere determinación y coraje, dos elementos que se echan en falta en el proceder mudable de Sánchez ante la cuestión catalana.

Pedro Sánchez se enfrenta al reto de gobernar sobre los resultados del 28 de abril, sin más amagos de nuevas elecciones. De un gobernante se espera por encima de todo que gobierne. El presidente en funciones se encuentra en el momento de conformar una mayoría. El tiempo de los golpes de efecto y las estrategias postelectorales se agota. La coyuntura hace años que arrastra una dimensión histórica insoslayable, y dicha trascendencia no debería quedar a merced del mero cálculo comunicativo, por hábil que sea el trabajo de Iván Redondo. Solo con el agua de la lluvia no se llena una piscina. La necesidad de altura política, concepto polisémico, genera un estado de ánimo que oscila entre la preocupación apocalíptica y la esperanza infundada. Extremos que nutre el propio PSOE mirando a uno y otro lado en una búsqueda bipolar de alianzas que subraya la idea de un sanchismo falto de provisiones, de nuevo agarrotado con la tarea que le ha tocado afrontar. Para afrontar un diálogo que rinda frutos, lo primero que se necesita es coraje y lo segundo discreción, dos costosos ingredientes frente a una derecha que no dará ni un día de respiro. Pero esto último forma parte del guion de las dificultades, de sobra conocido.

No hay comentarios: