Un Estado que pretende demostrar sus fortalezas como lo está haciendo ante el conflicto catalán es un Estado débil. Desde el pasado otoño, el Estado no sale del invierno, y cada vez que se abre un claro, truena. Por eso mismo, que en el discurso de su modulación recobre protagonismo Felipe González refleja la profunda crisis que desde hace demasiados años arrastra el Partido Socialista. Estamos en 2018. La España de Fraga comienza a inquietar a González, pero solo un poco. Tan deprimente como tremendo. Y de fondo, la falta de pluralidad de la prensa en papel editada en Madrid. Y de la radio, y de la televisión. La ficción de sus consensos como base de esta involución.
2 comentarios:
Hola, Jesús. Sobre la radio, ¿Sabes algo de en qué zonas del País Vasco y de Navarra está saturada la banda FM?
No lo sé, lo siento, Manuel, me imagino que mirando en google podrás encontrarlo.
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