Tres episodios sintomáticos que
dicen más que cien discursos calculados. El primero: que algunos parlamentarios
navarros erdaldunes no se pusiesen cascos de traducción en los tramos en
euskera en el Debate sobre el Estado de la Comunidad de hace unos meses. El
segundo: que el líder del partido navarro más votado saludase en un acto con un
arratsalde on y se produjeran risas. Y el tercero, también revelador; que el
alcalde de Pamplona recordase que el euskera es una de las dos lenguas de la
ciudad y la obviedad sonase a novedad.
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