27 junio 2013

Gabilondo y el final de la crisis

Para el periodista donostiarra es un "error" hacerse la pregunta de "cuándo" terminará la crisis económica (Diario de Noticias 27-6-13)

 "la formulación de esa pregunta ya deja muy clara la incapacidad de entender lo que está ocurriendo, porque lo que está pasando no es que estuviéramos viviendo una gran normalidad interrumpida por un error y que este paréntesis terminará para regresar a la bonanza anterior".
"Cuando se entra en un túnel se sale a un lugar diferente del que se entró, pero no hemos decidido a dónde queremos ir, hemos decidido que estamos esperando a que pase esto. No oigo qué vamos a hacer sino cuánto va a durar esto". 


Gabilondo ya consideraba en Cuatro (15-9-09) que un año más tarde de la quiebra de Lehman Brothers no había propósito de enmienda:


“Lo que pasó se lee en clave técnica, correcciones de la alta ingeniería financiera o cuestiones de cerrajería y nuevos sistemas de vigilancia. Cosas así. Con algún añadido de bajas pasiones, ambición desmedida y otras enfermedades del alma. Ni una mirada un poco mas al fondo, ni una duda doctrinal, aunque todos los dogmas del liberalismo fueron arrojados prudentemente a la basura para poder recibir oxígeno público en grandes cantidades. En todo el mundo se definió la crisis como más que financiera, como sistémica, pero nadie se ha cuestionado ningún sistema. Es demasiado sospechoso que no se le haya puesto la menor pega al modelo, o al menos a este modelo de modelo, al crecimiento infinito, contra la lógica, contra la naturaleza y contra el futuro".

En su informativo de Cuatro (22-4-09) señaló también:
"Podía suponerse que, tras la hecatombe financiera y económica, a la vista de que la voracidad de los poderosos había construido un modelo de desarrollo insostenible e insoportable, el buen juicio nos llevaría a diseccionar sin misericordia doctrinas y comportamientos. Y buscar otro pensamiento en el que apoyarnos. Más justo, más humano, más posible. Pero no está siendo así. Mientras nos despeñamos, todos los afanes, aquí y en todas partes, se orientan a reconstruir lo antes posible la bomba que nos hizo estallar. Recogemos los pedazos del modelo fracasado con la esperanza de regresar al delirio de los crecimientos perpetuos, empresariales e individuales, que nuestro planeta no puede resistir y que generan unos desequilibrios sociales sencillamente suicidas. Ni hay debate, ni hay reflexión, ni intelectual ni política ni social, que se enfrente con lo que viene; que lo esboce, lo imagine, lo proyecte".

En el mismo informativo (21-5-09) criticó así a los partidos políticos:


"A los partidos les está pasando lo que a la Iglesia, que se creen por encima del bien y del mal. Y, como a la Iglesia, le equivoca el griterío fervoroso de sus fans. El mundo ha cambiado de norte a sur y de este a oeste. Son otros los mapas, los valores, las leyes y las verdades. Nada es lo que era y todo bulle en una crisis de cambio. Todo menos los partidos. En el tiempo de la investigación, el desarrollo y la innovación, los partidos no innovan ni se desarrollan ni investigan por dónde acercarse a las nuevas realidades. Porque quieren acercarse a ellas, pero sin cambiar. Y eso es imposible. Los partidos se han convertido en castillos cerrados; y sus cúpulas, en estados mayores militares. Los pecados se niegan, o se lavan en casa, como organizaciones secretas con códigos morales propios. (...)"


La imagen, de Wikimedia

Saber más:  

Otras cinco opiniones de Gabilondo sobre la crisis



  • Como borregos, en su videoblog (28-10-11), sobre cómo nos están contando la crisis.



Saber aún más:

  • Constrastaba en una entrevista en Salvados cómo se refería Gabilondo a dos ex presidentes: "Aznar" (por el apellido) y "Felipe" (por el nombre).
  • "No se aprende fácil nada"


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