Cultura, libertad y educación, tres conceptos encadenados
Extractos de unas declaraciones del filósofo Jordi Llovet a La Vanguardia (4-4-11)

"No se puede edificar una democracia sólida sin una población soberana desde el punto de vista intelectual".
"La sociedad nunca ha sido culta, salvo que entendamos, y es algo cierto, que hay otras formas de cultura enormemente importantes en la configuración de toda sociedad".
"Poseer cultura (de la alta, se entiende) está hoy completamente desacreditado: parece una superchería y un acto de soberbia".
La imagen, de youtube, en una entrevista en TV3
La escritora Rosa Regás, en Diario de Noticias (15-11-09)
"Los
dos valores que priman en la televisión son la fama y el dinero, a
costa de lo que sea. El país está sumido en la absoluta corrupción por
la codicia, pero las televisiones están llenas de chicos y chicas que no
han hecho nada en su vida y que por ser famosos son capaces de
inventarse que se han acostado con alguien. Por lo tanto, no sólo los
políticos piensan que el único valor es la riqueza, lo pensamos todos.
Pero hay otros valores que son infinitamente superiores y mucho más
eficaces, como la cultura. Una persona culta, además de que hace
trabajar las neuronas y llega a la vejez infinitamente mejor, tiene otra
manera de ser y de vivir la vida. No es la felicidad a través del
dinero lo que consigue, es otro tipo de felicidad, es una especie de
plenitud dada por hacer trabajar todas sus facultades mentales".
Saber más: El lenguaje es poder, la lectura un deber

"Saber hablar, saber escribir, saber decir son capacidades básicas. Quienes cuentan con ellas tienen un poder del que carecen los que no saben expresar lo que llevan dentro".
Adela Cortina, "Saber decir", en El País (1-4-11). Esta catedrática de Ética y Filosofía Política reivindica la "lectura habitual y atenta de buenos libros", porque concluye, "sin duda es malo para una sociedad quemar libros, pero no es mucho mejor no leer los que están en la calle (...)"
"La manera de
expresar define con abrupta inmediatez la posibilidad que tiene un ser
humano de funcionar en tareas que supuestamente son de élite, y aparta a
aquellos con deficiencias expresivas de trabajos de decisión (...)
"La
petulancia patronal, los códigos de un hablar engolado, los pasaportes
sociales tácitos de comunidades forjadas en colegios de élite se agrupan
en colegios de élite se agrupan en Latinoamérica para formar clanes de
poder. El pobre, que va a colegios de escasos recursos, siente el
lenguaje no como un instrumento que le permitirá lograr sus anhelos,
sino como una barrera. (...)
"La verdadera capacidad de comunicar no es un lujo sino una necesidad" (...)
Que el lenguaje rompa al menos una de las mecánicas de la desigualdad".
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