19 diciembre 2009

"El problema vasco", según Tusell (2003)

En un artículo publicado en El País (2-4-03) titulado Viva la "equidistancia" el ya fallecido historiador y exministro de UCD Javier Tusell realizó un interesante análisis, a propósito de un libro que publicó por entonces Miguel Herrero de Miñón. Merece la pena rescatar algunas de las ideas de Tusell


"Existe un problema. La primera e inevitable premisa es reconocer que existe un problema que, al mismo tiempo, es distinto del terrorismo pero está conectado con él. Consiste en que la Constitución estuvo lejos de obtener en Euskadi el éxito deseable; el consenso se logró tan sólo con el Estatuto, pero éste, por razones sólidas, se denuncia que permanece incumplido. Hay, además, una cuestión adicional: la reclamación soberanista puede no tener cabida constitucional o no favorecer solución alguna a un problema de convivencia, pero se debe admitir que en pura teoría nadie sensato estaría de acuerdo en que si en un territorio el 99% de sus habitantes quisieran desvincularse de un Estado tendría, al menos, alguna justificación que pretendieran probarlo por una vía pacífica y pactada. Más sentido aún le correspondería a la negociación de una libre adhesión".

"El nacionalismo "periférico", por así denominarlo, es una realidad que forma parte esencial de eso que llamamos España: es parte de su tradición democrática, al menos desde los años treinta, y no sólo nunca desaparecerá, sino que siempre habrá que contar con él. Eso no quiere decir que el nacionalismo vasco (o catalán o gallego) no cometa errores porque eso es patrimonio de todos los partidos políticos".

"El problema vasco, que está conectado con la existencia de estos últimos pero no consiste en ellos, se resolverá mediante diálogo o, simplemente, no se resolverá. Y no se crea que el diálogo consiste en una especie de juegos florales dedicados a decirse lindezas. Es algo largo y complicado, a veces agónico, pero puede y debe concluir en una ampliación del consenso. Ése fue el método de la transición: ceder terreno cada uno con la vista puesta también en compartirlo".

Saber más:
  • El "problema" vasco y catalán en El País (marzo y mayo de 1977)
"Sencillamente hay que escribir que el poder ha sido torpe con el País Vasco, que lo sigue siendo y que -tal como se conoce a las personas- seguirá siéndolo. El problema vasco no se entiende desde la Moncloa; y diríamos más: el problema catalán no se entiende mejor"Editorial El País, 13-5-77 (problema vasco y problema catalán aparecían en cursiva)

"La condena de toda violencia es obligación de los hombres civilizados, pero también sería faltar a la verdad dejar de reconocer aquí la lógica de la protesta vasca".Editorial El País, 11-3-77

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