03 noviembre 2018

Casado como producto

Casado: su idea de unidad no une. Su concepción del orden asegura inestabilidad. Político busca titulares por excelencia, aunque la repercusión no asegure la reputación. Las prisas le pierden. Quiere hacer una carrera política exprés, marca de la casa. Así que seguirá en la banda derecha para polarizar, y así neutralizar a Rivera e intentar llegar a la Moncloa. Sin embargo, en unas elecciones mucho centro irá a Sánchez, que con presión del 'voto útil' ganará también electorado a la izquierda. Conclusión: en principio no desfavorable para el PSOE.

Falta en todo caso, algo más de perspectiva. Ahora mismo no está claro si Casado va a ser un segundo Aznar, un segundo Hernández Mancha o ni una cosa ni la otra. Atendiendo a las respectivas biografías, si fuese una suerte de Hernández Mancha dejaría la presidencia del PP en 2020. Si fuese lo primero, estaría influyendo en 2046.

Lo que ya se puede observar es que Pablo Casado no es un verso suelto, sino el producto estrenado de una vieja ideología que abraza el dogma, cree en la imposición y rotula muy grueso, con poderosos altavoces y apoyos que buscan amedrentar al PSOE.


Por cierto, no hay proyecto posible de centroderecha extrema derecha. Pretensiones de este estilo son de derechas y muy de derechas.

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