Si tres generaciones de españoles
terminan interpretando con más o menos alborozo o conformismo que 'la cárcel ha
servido' a la causa y refuerzo de la nación española, el independentismo (y el conjunto del soberanismo) arrastrará un
problema bastante más serio que el que ya calibra. De los que dejan huella histórica a partir de un relato del todo viciado: la victoria frente al `nacionalismo´ y la negación paralela de la existencia de un nacionalismo español que pretende marcar una nueva época. De ahí el éxito emergente de Ciudadanos, cosa que no debería extrañar desde una perspectiva de izquierdas. Me explico: una
crisis del capitalismo acabó aupando al poder al Partido Popular en 2011.
Imposible no es que una crisis del nacionalismo español termine aupando a
Ciudadanos. Por cierto, recuerden la hoja de ruta de la formación naranja al comenzar 2018: "presionar" al bloque independentista en su división "para que se cuezan en su
propia salsa". (ABC, 2-1-18).
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