Es curioso
cómo la política se asemeja a la moda, en tendencias que vienen y van por
oleadas
En 1982, hace treinta años, Fraga propugnaba una "racionalización de las autonomías", expresión que en este momento recoge en google 16.000 resultados. El raciocinio como supuesto punto de partida argumental. Pues bien, ¿no sería razonable comenzar entonces a reconocer de una vez algo tan obvio como la existencia de un nacionalismo español? Llamarlo por su nombre cuestiona un relato poderosamente arraigado por aquellos que tienen hambre de nación pero presumen de no nacionalistas, El de la hipocresía de quienes catalogan de irracional al nacionalismo y sitúan al español en la lógica. Al parecer, las emociones que les despierta la bandera de Colón o los desfiles militaristas por la Castellana son solo conciencia ilustrada. La paradoja viene de lejos, en Formación Política, Lecciones para las Flechas, libro de la falangista Sección Femenina se decía: “nuestra Patria tiene una empresa gloriosa que cumplir en el mundo”, "destino racional” distinto al “amor físico y sensitivo” de los nacionalistas.
En 1982, hace treinta años, Fraga propugnaba una "racionalización de las autonomías", expresión que en este momento recoge en google 16.000 resultados. El raciocinio como supuesto punto de partida argumental. Pues bien, ¿no sería razonable comenzar entonces a reconocer de una vez algo tan obvio como la existencia de un nacionalismo español? Llamarlo por su nombre cuestiona un relato poderosamente arraigado por aquellos que tienen hambre de nación pero presumen de no nacionalistas, El de la hipocresía de quienes catalogan de irracional al nacionalismo y sitúan al español en la lógica. Al parecer, las emociones que les despierta la bandera de Colón o los desfiles militaristas por la Castellana son solo conciencia ilustrada. La paradoja viene de lejos, en Formación Política, Lecciones para las Flechas, libro de la falangista Sección Femenina se decía: “nuestra Patria tiene una empresa gloriosa que cumplir en el mundo”, "destino racional” distinto al “amor físico y sensitivo” de los nacionalistas.
Ahora bajo
el paraguas de la crisis, desde la derecha suenan campanas de recentralización,
como si la autonomía fuese una dádiva política a criterio del Estado. Pero ese ideario no
es exclusivamente suyo. Ahí está por
poner un solo ejemplo Peces-Barba, otro padre de la Constitución, cuando dice que "la crisis solo se
soluciona desde la unidad del patriotismo constitucional" o que "el
patriotismo es una virtud que debe adornar a los buenos ciudadanos".
La
asimetría política del discurso antinacionalista es de blanco y negro. Si el
orgullo nacional vasco es presuntuoso, provinciano o cerril, el español es
virtuoso y cabal, hasta moralizante. Si se critica a los nacionalistas por
esencialistas, escuchamos en cambio llamadas a que España sea España y Navarra
siga siendo Navarra. Si se dice que los partidos nacionalistas defienden los
intereses de una región concreta por encima del bienestar general, se olvida
cómo actúan PSOE o PP en Europa. Si el
nacionalismo es impositivo, resulta que la pertenencia a España no es el
resultado de la adhesión libre de la mayoría de los individuos de una
comunidad, pero sí incluye el potencial sellado violento de un ejército.
"Entendemos el patriotismo como
preocupación por nuestro país, como amor por nuestro país", dijo Aznar en
2010. ¿Nacionalista el expresidente? Lagarto, lagarto. Desde miradas como la suya no existe el nacionalismo
español como no hay patriotismo vasco. Lo peor no es que el modelo de
convivencia que propugnan muchos creadores de opinión niegue cualquier marco de
equivalencia ideológica, sino que se dote de un sesgo rotundamente excluyente y
a menudo apocalíptico. Ese relato que habla de un nacionalismo
reñido con el bien de España, del nacionalismo como mal, el cáncer que gustaría
extirpar, la anomalía, el chantaje. Sentencias como España "hace agua", se
"descuartiza" o va al "desguace", son otra muestra de esta
deriva narrativa bien conocida.
Pero como
la pluralidad es un acervo común a todas las sociedades, el nacionalismo vasco
también tiene que realizar una profunda reflexión, y no solo la más perentoria
de la llamada Izquierda Abertzale, tan necesitada de más humanismo y humildad.
En esa idea de una renovación global son interesantes tesis como la del exviceconsejero
del Gobierno Vasco Patxi Baztarrika, recordando la necesidad de evitar
frustraciones por no asumir una "foto multicolor", o la del otrora
miembro de Herri Batasuna, Txema Montero, a favor de un PNV más nacional y
menos nacionalista. La diferencia no un juego de palabras. Y menos en Navarra,
con su mapa electoral, donde recientemente el filósofo Daniel Innerarity,
antiguo cartel peneuvista para la alcaldía de Pamplona, expresaba su
preocupación por el dualismo y la incomunicación existente entre el mundo
nacional-español y el mundo nacional-vasco. Ni uno ni otro desaparecerán, vaya
por delante, porque guste o no forman parte de la realidad política propia, no
ajena, de esta tierra.
La discrepancia identitaria persistirá en
cada lugar donde las naciones estén proclamadas y discutidas al mismo tiempo.
¿Alguna alternativa entonces? La opción probablemente más integradora es la defensa
de las identidades múltiples. El
mestizaje cultural es una realidad que tiene mucho más recorrido por delante
que las vocaciones o anhelos de ir al unísono. En todo caso, quienes entienden
sus nacionalismos como un dogma, deberían recordar los efectos del paso del
tiempo en las sociedades con debates sobre asuntos antaño incuestionables. El español, en este sentido, debería tener presente una metáfora: en el
ámbito de la pareja, estar a favor del divorcio no te convierte necesariamente
en divorciado. En el ámbito territorial y la autodeterminación, salvando las
distancias, los parámetros podrían ser similares. Ciertamente, en caso de una
separación, habría sentimientos de todo tipo (alegría, preocupación, alivio, pena, dolor...). Pero el consenso de salida estaría en poder elegir. Tomar una
decisión muy delicada y muy seria con respeto a lo que cada cual decida. Porque
en este caso, al día siguiente habría que seguir conviviendo en la misma casa.
La imagen, adaptada de wikipedia
La imagen, adaptada de wikipedia
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