24 noviembre 2011

La pregunta

"¿Por qué el comunismo nos parece mítico cuando ha sido el totalitarismo más sanguinario?"

Salvador Sostres, en El Mundo (24-11-11)

Saber más:
Dos reflexiones de Andrés Trapiello y Pilar Rahola

En la revista Magazine, Andrés Trapiello escribió hace unos años, a propósito del estreno de la película "Good bye, Lenin": :

"se diría que la nostalgia que muchos sienten hacia el pasado, hacia su Stalin, su Franco, su Castro, es una nostalgia de padre, o dicho de otro modo, de su niñez, real o mental, de cuando el estado aseguraba protegerles y se empleaba con ellos con tanto rigor como ambiguo y patológico desvelo".

En dicho artículo Trapiello citaba a Alberti, "quien dijo aquello de que "la URSS no morirá nunca, al menos en mi corazón", pensando acaso en el día en que el padrecito Stalin le había condecorado". O cuando tras la caída del muro de Berlín "el entonces secretario general del PCE masculló una profecía que le elevaba a la altura de aquel campeón de la revolución pendiente que fue José Antonio Girón de Velasco (...): "Ya se arrepentirán", dijo(...)"


En El País (15-2-03) Pilar Rahola aludía en un artículo a un adolescente Trapiello como uno de los seducidos por Stalin:

"Me confesaba Andrés Trapiello que aún no se explica como, en su adolescencia, luchaba contra la dictadura franquista desde una concepción estalinista. "Luchaba contra una dictadura para poderla sustituir por otra". Mucho de lo que se acomoda tras la pancarta de la paz aún no ha hecho las paces con su pasado más autoritario, históricamente enamorado de todos los dictadores que ha dado la historia, Pol Pot, Stalin, Castro, también Arafat. Quizás hasta Saddam".


Saber aún más:
Película que transmite el despiadado control social del comunismo en la Alemania del Este durante los últimos años del régimen. Cuando un sistema se basa en la arbitrariedad, entra dentro de lo posible que para medrar haya que ser arbitrario. Cuando un sistema se basa en el temor, hay que aprender a infundirlo o a estar a buenas con quienes lo infunden. Las oportunidades no vienen dadas tanto por el talento ni por el espíritu emprendedor, sino por el sometimiento.
Una historia preciosa y un ejercicio de memoria histórica sobre la falta de libertades en los sistemas prosoviéticos.

No hay comentarios: