Consecuencia: preservativo malo, ni siquiera medio bueno para luchar contra el sida.
Rechazar esta ideologización “es oponerse a la idea misma de la santidad de Dios" (Juan Pablo II).
Alternativa: “relacionas humanas sanas moralmente”, “humanizar la sexualidad” (Martínez Camino, Benedicto XVI). Y a los enfermos: “consuelo”, “sufrir con el sufriente”.
Hace un año en el periódico Alba preguntaron al obispo Juan Antonio Reig Pla si era legítimo el preservativo entre esposos cuando uno de los dos estuviese afectado por el SIDA. ¿La respuesta de monseñor?
"aunque el cónyuge enfermo de SIDA no pueda exigir al sano la relación sexual, éste sí puede lícitamente concederla, aceptando por amor el riesgo para su propia vida, a fin de salvar el resto de los bienes del matrimonio: la fidelidad conyugal, la expresión del mutuo amor y la estabilidad matrimonial".
Saber más: La inquisición, "una institución más humana" que lo que se piensa:
En febrero de 1998 el entonces cardenal Joseph Ratzinger afirmó en una visita a la Universidad de Navarra (recogido de Diario de Noticias, 20-4-05), que la inquisición "no era un ente tan oscuro. Trató de frenar fanatismos pero eran personas humanas y podían errar. Pero el cuadro general resultante es que era una institución mucho más humana".
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