11 marzo 2018

Una conexión sentimental

Resulta evidente. Hay un nacionalismo español crecido que nunca se va a reconocer nacionalista porque se alimenta precisamente de la crítica al nacionalismo adversario, singularmente ahora el catalán pero también el vasco y en menor medida el gallego. Ese nacionalismo español se sitúa desde una atalaya moral e intelectual superior, y para ello necesita trabajar a fondo el campo nominal de su discurso. Ese españolismo ha buscado y encontrado su momento. Se ha redescubierto rejuvenecido. Se ha gustado. Sobre la vieja idea, ahora reforzada, de haber vivido por debajo de sus posibilidades. Sobre el viejo marco de haber sido demasiado generoso (marco mental de derechas) con el catalanismo y el vasquismo. Esa irrupción del nacionalismo español en pleno 155, y tras la violenta ocupación policial del 1 de octubre, ha conectado con emociones profundas de los hijos y nietos de aquello que se llamó franquismo sociológico.

No hay comentarios: