16 septiembre 2013

"Sin principios" y, por lo visto, sin argumentos

"Es insensato que quienes tienen el voto del 80% de la población pasen a depender de partiditos que no tienen principios, sino intereses".  

Miguel Ángel Rodríguez , ex portavoz del Gobierno del PP, en la revista Más (3-3-08)


"El nacionalismo no obedece ni a lo uno ni a lo otro (la ley y el "sentido común"). Todos nuestros argumentos chocarán con sus sentimientos".

José María Carrascal, ABC 16-9-13 


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En este otro artículo, también en ABC, (28-5-08) Carrascal hablaba sobre la "naturaleza" del nacionalismo, como una excepcionalidad. Y escribía:
 
"No son partidos políticos como los demás. Son más y al mismo tiempo menos que ellos. Contienen un ingrediente de sentimiento, de irracionalidad, que los distingue de los partidos de izquierda, derecha y centro, que defienden los intereses e ideas de un segmento de la población, pero sin erigirse en representantes de la entera sociedad. Por eso pueden negociar, pactar, transigir entre ellos, como ocurre entre las personas razonables.
Mientras el nacionalismo, como el enamoramiento o el fanatismo religioso, de los que tiene bastante, no se atiene a razones, se mueve en un mundo de pasiones y dogmas, en el que la razón y la ética apenas tienen cabida. Si las usan, es para lo que usan todo: para avanzar hacia sus objetivos. De ahí que jueguen siempre con ventaja. Un nacionalista justifica la mentira, la deslealtad, el asesinato incluso en casos extremos, con tal de que traigan beneficios a su causa".

 
Este mismo columnista, sin embargo, escribía tras la consecución de la Eurocopa de fútbol por parte de España (ABC, 2-7-08):
"El 30 de junio de 2008 no puede quedarse en una efeméride gloriosa del deporte español. Tiene que ser también la fecha en que nuestro pueblo volvió a tomar conciencia de sí mismo como nación (...) De ser así, la deuda que hemos contraído con esos jugadores y su seleccionador no habrá cifra humana que la cuantifique". 


Las negritas, de este blog 

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