"Rectilíneo y enérgico"

En la dictadura franquista, la policía y la FE JONS controlaban todo tipo de asociaciones, hasta las lúdico festivas. Realizaban informes sobre personas que querían formar parte de las juntas directivas, categorizando a los solicitantes con expresiones como estas:

• "De buena conceptualización policial, religiosa, pública y privada"


• "Es persona de orden y de buena reputación"


• "ostenta el carnet de caballero Mutilado de España"


• "tanto en el terreno social y político como en el religioso y conducta es de absoluta garantía"


• "Se le considera adicto al Glorioso Movimiento"


• "es persona de buena conducta, aunque en su vida particular se desenvuelve en un plan algo libertino"


• "acendrado patriotismo"


• "carácter rectilíneo y enérgico" (*)


• "gozando de muy buena fama pública"


• "Se le considera como indiferente en relación a la causa Nacional".


• "la prensa que leía y amistades eran de izquierda"


• "excitaba a las masas y él siempre quedaba entre cortinas"


• "En cuestión social, política y religiosa muy mal"


• "no procede autorizarle para el desempeño de clases"


• "durante la guerra de Liberación actuó, como jefe de Bandera (...)"

Informes del año 42, 44, 45 y 55 tomados del Archivo General de Navarra, cajas 37.719, 37.720, 37.721, 37.722 37.723. Los informes continuaron como mínimo hasta el año 64.

La imagen, de wikipedia

(*) Saber más:

• Es llamativa la utilización de la palabra ENERGÍA y su adjetivo derivado ENÉRGICO/A durante el franquismo:

Donde unos ven o veían energía, contundencia, claridad, gallardía, reciedumbre, bravura, bizarría, ardor, "santa impaciencia" (dicho de los jóvenes requetés en la guerra civil), pura o acendrada identidad ideológica; donde unos ven aguerridos/as, otros simplemente contemplan radicalismo e intransigencia.

Otro marco ideológico que trabajó la derecha en el franquismo fue la dictadura como cura terapéutica. Los partidarios de la violencia por definición nunca dicen que sea innecesaria, sino que buscan legitimarse también con el lenguaje.

• LIMPIO y RECTO, dos palabras para encubrir la falta de democracia:

"Habremos dado un paso definitivo en la consolidación del futuro si somos capaces de hacer de las asociaciones políticas un instrumento limpio y rectamente manejado".
José Utrera Molina, secretario general del Movimiento, (16-12-74). Unos meses antes el diario Arriba (30-4-74) afirmaba que la presencia de partidos políticos en el régimen "significa la disgregación y el enfrentamiento". En julio de ese 1974, asoció el llamado espíritu del 12 de febrero a un proceso culminador de "los ideales germinadores del 18 de julio de 1936". En febrero de 2010 escribió un artículo titulado "¡A mi la Legión!", en ABC (2-2-10).

También Franco en su discurso de fin de año de 1972 aludió al adjetivo limpio:
"La Nación española sigue gozando de buena salud y camina a buen paso por la senda de la Historia, mereciendo cada vez más la admiración, aunque no siempre confesada, de quienes contemplan con ojos limpios nuestro incesante desarrollo (...)"