20 noviembre 2009

Elogio a la "Tercera Vía", de su ideólogo Anthony Giddens

En el último número de la revista Via, editada por el Centre d´estudis Jordi Pujol, el periodista y politólogo Toni Cruanyes entrevista a Anthony Giddens, padre de la llamada Tercera Vía.

Giddens reivindica su vigencia y asegura que actualmente se ha dado un cambio en la opinión pública que facilita la toma de medidas redistributivas con las capas más altas de la sociedad. Estos son algunos fragmentos traducidos de la conversación íntregra en catalán:

LA TERCERA VÍA COMO CONSECUENCIA DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN

"La principal virtud de la Tercera Vía es que se basa, fundamentalmente, en el no dogmatismo, en la capacidad para aceptar los cambios y, por tanto, mantener unos objetivos que continúen adaptándose a la realidad de un mundo cada vez más interdependiente. Nosotros no queríamos pontificar y ofrecer una lista de soluciones específicas a los problemas del momento, sino cambiar la visión del mundo del Partido Laborista, acabar con el divorcio entre la teoría socialista clásica y la realidad de una Europa desafiada a adaptarse por la caída del Muro de Berlín, la competencia de China y la India, por modelos de producción diferentes y más competitivos...El centro izquierda necesitaba y necesita todavía, redefinirse después de que desapareciese la utopía de la Europa del Este (...)".

LA RIQUEZA, FUENTE DE EXCLUSIÓN SOCIAL

"La mayoría de la gente habla de exclusión social como ejemplo de desigualdad, pero yo creo que es todavía más importante la exclusión social en la parte alta de la pirámide. Con la desigualdad creciente, la gente más rica está tan alejada de la mayoría como los que están en el nivel más bajo de ingresos, y eso es igualmente peligroso. Creo que las clases más ricas han perdido el sentido de responsabilidad respecto al resto del mundo. No quieren pagar impuestos, no quieren participar en las estructuras nacionales, no quieren involucrarse en la financiación del estado de bienestar, hasta el límite de romper el pacto social e incumplir las leyes. Eso ya lo denunciaba yo con la Tercera Vía, y la crisis financiera lo ha vuelto a poner en evidencia (...)"

HUBO REDISTRIBUCIÓN PERO TIENE QUE HABER MÁS

"Con Tony Blair en el Reino Unido, los laboristas eran muy conscientes de las desigualdades que heredaban de los años de Margaret Thatcher. Fíjese en los países más influenciados por las tesis de Thatcher: los Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia...Todos ellos experimentaron un crecimiento más grande de las desigualdades que el resto de países industrializados. Blair tomó las medidas adecuadas para intentar corregir esta tendencia: en los últimos años se ha invertido más en educación y en sanidad, se ha cambiado el sistema impositivo..., pero no se ha hecho lo suficiente. Cuando hablamos de desigualdades globales y de la recesión económica, todavía ponemos más en evidencia que la desigualdad más grande es la que hay en la cúpula, entre los más ricos. Sabemos que hemos de regular estas desigualdades de forma más eficaz a partir de ahora.
La opinión pública mundial ha cambiado muy positivamente a favor de regular los altos salarios de las empresas y los bancos. La gente se ha escandalizado de saber lo que cobran algunos, y, sobre todo, de la total desvinculación entre el nivel de ingresos y la responsabilidad social de quienes los cobran. El cambio de opinión a escala internacional puede marcar un punto de inflexión a la hora de controlar los paraísos fiscales, el fraude bancario, la evasión de impuestos, etc. (...)"
CONSTRUIR UN PROYECTO "NATURAL DE GOBIERNO"
"Lo mismo que le ha pasado a Tony Blair, el gran reto de Obama es invertir la tendencia política de su país de mantener a los progresistas en la oposición. Blair y Clinton convirtieron sus partidos en "partidos naturales de gobierno". Esta es seguramente su principal aportación. Obama debería ser capaz de seguir su ejemplo (...)"

1 comentario:

Jose R. dijo...

Anthony Giddens está muy denostado por su libro "la tercera vida" pero como sociólogo y pensador de centro izquierda no está mal, a veces los fundamentalismos ideológicos nos impiden analizar lo que realmente puede ser interesante.