Tras el 11 S la propaganda pro bélica se entronizó. Putin era un "pragmático" por negociar su impunidad en Chechenia a cambio de apoyar una coalición de países impulsada frente a Afganistán. Por entonces, el vicepresidente estadounidense Dick Cheney (en la foto, tomada de Wikipedia) afirmó para el que quisiera entenderle:
"Hemos de trabajar en el lado oscuro, en las sombras del espionaje. Habrá que tener a sueldo a muchas personas detestables. Este es un negocio perverso, desagradable, peligroso y sucio, pero no tenemos más remedio que operar en él".
Roger Cressey, subdirector del departamento de contraterrorismo de la Casa Blanca en 2001, declaró a la Agencia UPI (28-2-05, tomado de Amnistía Internacional:
"Vamos a cometer errores. En ocasiones vamos a matar incluso a falsos culpables. Pero éste es el riesgo inherente a todo programa enérgico de contraterrorismo."
Por aquellos tiempos Sharon apoyó a Bush, porque Bush apoyaba a Sharon. El entonces primer ministro israelí afirmó en marzo de 2002: "Los palestinos deben recibir ahora duros golpes para sacarles de la cabeza que pueden obligar a Israel a negociar (por medio de la violencia)", Según recogió la edición electrónica del diario "Iediot Ajronot", reproducida en ABC y El Mundo. En El País, en cambio, la crónica hablaba de que los palestinos según Sharon "debían sufrir mucho más hasta que sepan que no obtendrán nada mediante el terrorismo".

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