Para destruir ideas destruye personas. Sus promotores lo saben lo apoyan o lo disculpan; sus víctimas lo padecen y lo recuerdan.
QUIEN EJERCE LA VIOLENCIA PIENSA QUE LOS QUE TIENEN QUE APRENDER LA LECCIÓN SON QUIENES LA SUFREN O LA PUEDEN SUFRIR.
Para quienes ejercen la violencia, las dudas y las preguntas son malas consejeras. La justificación a sus actos requiere todo lo contrario.
NUNCA SE RECONSTRUYE TODO LO QUE SE DESTRUYE.
La guerra es también un negocio donde unos ganan dinero o influencia, y otros pierden la vida. La industria de armamento necesita que el mercado crezca. Así los negocios serán más altos y las economías de los fabricantes más saludables. Que “el prestigio nacional” se construya apoyando guerras indica los parámetros en los que se mueve el mundo.
¿Hay guerras controladas por la inteligencia y no el apasionamiento? Cuando la gente se mata en el frente y comienzan las venganzas, cualquier teorema, incluso no malintencionado, se ve superado por el horror.
LA LUCHA CONTRA LA POBREZA ES ALTA POLÍTICA Y BÚSQUEDA DE UNA PAZ REAL.
Es un ideal social, liberal y fraterno de la conciencia humanística: incluir a millones de personas en el derecho a un bienestar elemental. Como afirmó el Dalai Lama en 1989, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz, “La comprensión de que somos básicamente seres humanos semejantes que buscan felicidad e intentan evitar el sufrimiento, es muy útil para desarrollar un sentido de fraternidad”. Su visión profunda del pacifismo se resume en estas líneas:
“La paz, en el sentido de ausencia de guerra, es de poco valor para alguien que se está muriendo de hambre o de frío. No eliminará el dolor de la tortura infligida a un prisionero de conciencia. Ni tampoco consuela a aquellos que pierden a sus seres queridos en inundaciones causadas por la insensata deforestación de un país vecino. La paz sólo puede durar allí donde los derechos humanos se respetan, donde la gente está alimentada y donde los individuos y las naciones son libres”.
Saber más:
"En guerra, exposición en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2004). Algunas ideas (El País, 20-3-04), de los comisarios de la muestra:
- La socialización de la violencia: juegos, industria militar e industria del entretenimiento. En definitiva y en conjunto "un sustrato cultural posibilita la existencia de la guerra".
- El enemigo: "sin enemigos no hay guerra", "para justificar la destrucción y la muerte del otro antes tienes que deshumanizarlo y satanizarlo".
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