10 abril 2019

Presidenciable

Hay un nexo común entre Rajoy y Sánchez, dos hombres de frecuente proceder dilatante. El 'haz que pase' socialista remite a un plazo, una legislatura que en lo territorial fracasará si se limita a contener el centralismo y resbalaría con estrépito si se decanta por gobernar con Cs. Después de dos años frenéticos, Sánchez, de fenecido a resucitado, y de resucitado a triunfador, puede estar en otro momento clave de su carrera. El momento para el que cualquier dirigente trabaja durante años, a menudo sin éxito: ganar unas elecciones. Tras ocho meses de una interinidad rentable tras la moción de censura, ha llegado su ahora o nunca. La coyuntura le es favorable, que no significa tampoco que sea sencilla: una derecha que quería abandonar posiciones de centro, por considerarlo espacio 'acomplejado', ha hecho la mudanza. En cuestiones territoriales ha desaparecido el centroderecha español y transmutado en derecha y extrema, con protagonistas nacidos entre 1976 y 1981. Ahí está su hoja de ruta común para ocupar el poder en Catalunya, con el apoyo de poderosos altavoces mediáticos, por cierto.

Si las encuestas aciertan, Sánchez debe poner un rumbo claro desde el inicio, liderando más y calculando menos. La propia Constitución del Gobierno y sus apoyos será el cimiento fundamental de la legislatura. Si Rivera no termina dando un nuevo giro eólico, y Sánchez sigue de presidente, continuará la partida de la crispación en la derecha, y la carta de una refundación/unificación en la baraja.
Claro, que hay otra cuestión en el aire, además de los acuerdos que se den tras las Generales. Cuál será el papel de Felipe VI durante la próxima legislatura, y sus recados públicos o entre bambalinas en su labor o no de arbitraje. El Estado sabe que el impacto político y social de este proceso al Procés dejará marcas muy profundas en Catalunya. El Estado sabe también que su solidez depende de un determinado porcentaje de apoyo. Así que temeroso u orgulloso puede abusar, o lúcido y templado puede acordar. Cada año que dure el conflicto abierto, España perderá imagen en Europa.

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