21 marzo 2018

"Aldeano"

Entre las palabras que la política debería desterrar de su vocabulario está la de aldeano/a, y por supuesto también el término paleto/a. Describen soberbia, sentimiento de superioridad y elitismo clasista, urbanita, en clave sobre todo ideológica y habitualmente de país. Pero si aceptamos aldeano/a como calificativo válido en el rifirrafe político, deberíamos recordar que todos y todas somos aldeanos de algo. Todos y todas terminamos haciendo de un pensamiento o de una emoción una aldea, la nuestra, que consideramos acertada y necesaria. Hay aldeanos de España, aldeanos de la oferta y la demanda, aldeanos de nuestra época, del crecimiento económico a toda costa, o simplemente aldeanos de sus pasiones, llámense fútbol, tecnología, moda o lo que se nos ocurra. Todos/as podemos ser aldeanos/as de algo con respecto a la mirada de los demás que no comparten ese algo. Más cautela y humildad, por tanto. La modernidad que venden como contraposición quienes reparten carnets de aldeanos a menudo no es otra cosa que un reducto preconcebido. Más grande, más reciente o más reluciente, pero sometido también a la tentación de impermeabilizar el pensamiento.

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