"Una nación es cuando un pueblo se considera a sí mismo una nación y
eso no puede inventarse, viene dado por una serie de factores objetivos:
cuando se tiene una lengua propia, una cultura propia, unas
instituciones jurídicas propias, una tradición de muchos siglos de
afirmación del propio ser singular. Eso es una nación, y Catalunya lo
es. Lo cual no excluye que Catalunya sea parte muy importante de una
España plurinacional. No es el único caso en el mundo, y se puede
articular, ya que una nación puede convivir con otras naciones en un
mismo Estado".
"Creo que la (reforma constitucional) complicaría más (la cuestión catalana). La cuestión catalana es difícil de
resolver, pero todo se complica si además se inserta en una reforma
general de la Constitución para establecer un Estado federal, determinar
qué es el federalismo, si es simétrico o asimétrico... Es mucho mejor
resolver la singularidad catalana a través de la propuesta que
públicamente he realizado, esto es, por la vía de la adicional de la
primera. Y sobre esa adicional pactar una serie de competencias que
supongan un reconocimiento expreso de la identidad catalana como una
política cultural, una política educativa, un convenio económico
financiero. Eso no requiere reformar la Constitución, sino una
negociación política".
"De la misma manera que se reformó la Constitución para poner el límite al déficit en el artículo 164 de la Carta Magna, podría negociarse entre todos los grupos parlamentarios una adicional segunda o primera bis para Catalunya, sin afectar al resto de la Constitución".
"De la misma manera que se reformó la Constitución para poner el límite al déficit en el artículo 164 de la Carta Magna, podría negociarse entre todos los grupos parlamentarios una adicional segunda o primera bis para Catalunya, sin afectar al resto de la Constitución".
"La primera gran mutación que se hizo de la Constitución fueron los pactos autonómicos de 1981 (el llamdo Café para todos) que generalizaron el sistema que la Constitución no había definido".